Lío en Friuli. Desde luego, no está siendo el inicio de temporada deseado para los neroverdi. El Pordenone, que es colista con apenas 1 punto de 24 posibles tras 8 jornadas, sufre en la que es la peor campaña en Serie B (por ahora) de su historia. Es cierto que la muestra tampoco es demasiado amplia pues solamente ha estado en tres ocasiones en la categoría de plata del fútbol italiano. Pero esta, sin duda, se lleva la palma. Y el desfile de entrenadores no cesa. Ya son tres los técnicos que han pasado por la casa de los Ramarri del Noncello (Lagartos del Río Noncello, en español) este inicio de curso.

Y es verdad que hablamos de un equipo modesto cuya presencia en Serie B ya era casi un milagro. De hecho, aunque es un club fundado en 1920, no fue hasta la 2019/20 cuando llegaron por primera vez a esta competición. Desde entonces, no se han movido de dicha categoría, logrando resultados impresionantes como el puesto de Play Off de ascenso en su campaña de debut, siendo luego eliminados en semifinales. El año pasado ya cayeron, acabando en 15ª posición, pero este tiene aún peor pinta.

Pordenone – SPAL.

Un equipo que ya cuenta con las dificultades añadidas de jugar lejos de su ciudad. En Pordenone se encuentra el Stadio Ottavio Bottecchia. Bueno, estadio o velódromo. Si bien era un campo que podían usar en Serie C, no cumplía las regulaciones para dar el salto a un fútbol más profesionalizado. Allí se celebran campeonatos nacionales e internacionales de ciclismo en pista y el campo de fútbol es simplemente una parte más de las instalaciones, no la principal. Por lo tanto, era más viable mudarse de campo a una ciudad vecina que afrontar una hipotética remodelación. Durante estos tres años de Serie B han jugado en Údine, Trieste o, como hacen ahora, en la costera ciudad de Lignano Sabbiadoro, la Marina D’Or del Adriático, situada a 60 kilómetros al sur de Pordenone.

La realidad es que el Pordenone dio el salto al conocimiento popular tras la Coppa Italia 2017/18. En ese certamen, cuando aún estaban en Serie C, protagonizaron una de las mayores hazañas coperas de la era reciente en Italia. Eliminaron a la Matelica en primera ronda, al Venezia en segunda; y seguirían la misma suerte Lecce o Cagliari. Al final, tocaba enfrentarse al Inter. Y como dicta la norma en Coppa, siempre se juega en el campo del equipo de mejor división. Por lo tanto, el Giuseppe Meazza acogería dicho partido.

Inter-Pordenone.

El encuentro fue más cerrado de la que nunca nadie esperó. Tanto, que el Pordenone resistió las acometidas de los nerazzurri hasta forzar la tanda de penaltis. Italia (y el resto del mundo) se volvían locos ante la posible hazaña de aquel desconocido equipo friuliano. Muchos bromeaban ya con la posibilidad de una interada más, algo casi cotidiano antes de la llegada de Conte al banquillo de Milán. No fue así. En penaltis, los locales ganaron pese a llegar la tanda a la muerte súbita. Giulio Parodi falló el decisivo mientras Nagatomo lo marcaba.

Sin embargo, y como suele ocurrir, recurrimos a leyendas e historias bonitas del pasado para no hablar del presente. Y es que este es oscuro. Tres entrenadores en ocho jornadas es un descalabro monumental y habla de una planificación mal hecha por parte de la directiva. Más cuando al primero, Massimo Paci, lo despidieron tras únicamente dos jornadas de campeonato. Su sucesor, Massimo Rastelli, sí aguantó algo más pero tras la última derrota acabó despedido. El bagaje entre los dos: 1 punto de 24 posibles y una diferencia de goles de -17.

Bruno Tedino en su presentación.

Hereda el banquillo un viejo conocido: Bruno Tedino. Entrenó a los neroverdi en las temporadas 2015/2016 y 2016/2017, cuando terminaron en semifinales de playoffs de la Serie C sin lograr el ascenso, y también en los años 1999/2000 y 2000/2001, en la Serie D. En total, 160 partidos como entrenador del Pordenone.

La situación, no obstante, sigue siendo extraña, por usar algún adjetivo suave. Lovisa, el presidente del club, despidió a Rastelli en plena rueda de prensa posterior a la última derrota y avisó que “el entrenador tiene que jugar con defensa de cuatro”. ¿Un presidente italiano dando lecciones de cómo jugar a su entrenador? No podemos mostrarnos sorprendidos por semejante hecho. Veremos, no obstante, si los Ramarri del Noncello son capaces de salir de este pozo en el que ellos mismos se han metido.