El amor es así de caprichoso, no entiende de distancias. Y todos sabemos que el amor por unos colores puede hacernos cruzar océanos si fuera necesario. O quizá puede hacer que recorras 300km para que tu equipo sienta tu aliento en el campo.
Esa es la historia de Juana María, una profesora de biología de Navalvillar de Pela, un recóndito pueblo de Badajoz desde el que viaja con su familia para animar a los blanquinegros. No te pierdas su historia en Balompédicos: 300 kilómetros.